En muchas industrias, las plantas de tratamiento de Residuos Líquidos Industriales (RILES) operan a cierta distancia física de los procesos principales. Esto responde, entre otras cosas, a criterios de seguridad, normativas de diseño y control de olores o emisiones. Sin embargo, esta ubicación periférica —a menudo en zonas menos transitadas o alejadas del núcleo operativo— representa un desafío significativo: la falta de supervisión continua puede comprometer el control del proceso y el cumplimiento ambiental.
Ante este contexto, la telemetría se convierte en una necesidad operativa, no solo en una opción tecnológica. Gracias a sistemas de monitoreo remoto, hoy es posible obtener información en tiempo real sobre parámetros clave sin necesidad de presencia constante en terreno. Esto representa un avance crucial, especialmente en plantas que manejan aguas contaminadas o procesos biológicos sensibles.
Por qué la telemetría es indispensable en plantas de RILES
El tratamiento adecuado de RILES es una condición básica para que cualquier industria funcione de manera sustentable. La normativa ambiental en Chile —fiscalizada por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA)— exige que las industrias traten sus aguas residuales antes de ser dispuestas al alcantarillado, cuerpos de agua o sistemas de infiltración, dependiendo del tipo de actividad. No cumplir con estos estándares puede derivar en sanciones, multas millonarias o incluso la detención parcial de las operaciones.
En este escenario, un sistema de monitoreo en línea permite verificar el funcionamiento continuo del tratamiento, medir la efectividad de los procesos y detectar fallas antes de que generen problemas mayores.
Entre los parámetros críticos que deben ser controlados se encuentran:
pH: Indicador básico del equilibrio químico del efluente. Fuera de rango, puede dañar sistemas biológicos o causar corrosión.
Caudal: Permite calcular cargas contaminantes, dimensionar equipos y cumplir límites de descarga.
Conductividad: Señal de presencia de sales y otras sustancias disueltas. Puede anticipar descargas anómalas.
Niveles de estanques: Evita rebalses o vacíos que interrumpan el proceso.
Temperatura: Parámetro crítico para procesos biológicos o de coagulación.
Turbidez: Mide la presencia de sólidos suspendidos; relevante para el control del proceso y la calidad del efluente.
Cada uno de estos datos puede capturarse mediante sensores y transmitirse vía telemetría a una plataforma central, donde el personal técnico puede visualizar el comportamiento del sistema en tiempo real.
Mejora continua basada en datos
Una de las mayores ventajas de implementar telemetría en estas instalaciones es su capacidad de generar series históricas y reportes automáticos que ayudan no solo a controlar, sino también a mejorar los procesos.
Por ejemplo, si una planta registra un aumento gradual en la turbidez del efluente tratado, esto puede indicar un desgaste en los filtros, un problema en la dosificación de químicos o una alteración en la calidad del agua influente. Detectarlo a tiempo significa intervenir antes de que la situación se transforme en un incumplimiento ambiental.
Un estudio de la Water Environment Federation (2021) muestra que las plantas que utilizan sistemas de monitoreo en línea han podido reducir en un 25 % las fallas operativas relacionadas con el sobredimensionamiento de reactivos, y un 30 % en los eventos de rebalse o descargas fuera de norma.
Además, la disponibilidad de datos auditables y verificables permite responder de forma más sólida ante requerimientos de la SMA, minimizando la incertidumbre y fortaleciendo la trazabilidad del proceso.
Impacto económico y operacional
Desde el punto de vista económico, la implementación de telemetría también permite optimizar el uso de recursos. Mediante algoritmos de análisis o incluso reglas simples de control, es posible automatizar la activación de bombas, sistemas de dosificación o ventilación, reduciendo el consumo eléctrico y los tiempos muertos.
En plantas que manejan grandes volúmenes de efluentes industriales, esto puede traducirse en ahorros operacionales relevantes, al tiempo que se garantiza una operación más estable. Por ejemplo, una empresa papelera de Brasil que integró telemetría en su planta de tratamiento logró disminuir en un 18 % el consumo energético del sistema, según datos publicados en el Journal of Cleaner Production (2020).
De lo invisible a lo gestionable
Lo que no se mide, no se puede mejorar. Y lo que no se puede ver, no se puede controlar.
Las plantas de RILES, por su aislamiento y complejidad, muchas veces operan en un segundo plano dentro de la agenda de prioridades industriales. Sin embargo, su correcta gestión es vital tanto para la sostenibilidad ambiental como para la continuidad del negocio. La telemetría, en este contexto, no es solo un avance técnico: es una herramienta estratégica que permite visibilizar y gestionar procesos críticos que antes operaban en la sombra.
Transformar datos dispersos en información útil, disponible y comprensible es la clave para pasar del control correctivo al control preventivo. Y esa es la base de una industria más eficiente, responsable y preparada para los desafíos actuales.
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📚 Referencias:
- Water Environment Federation (2021). Real-Time Monitoring Technologies in Industrial Wastewater Management.
- Journal of Cleaner Production (2020). Energy efficiency improvements through smart water treatment in industrial processes.
- International Water Association (2022). Digital Water: Industry Transformation Through Smart Monitoring.
- Superintendencia del Medio Ambiente (2023). Informe de Fiscalización Ambiental.
- Agencia de Sostenibilidad Energética (2021). Casos de eficiencia energética en tratamiento de aguas residuales industriales.
